miércoles, 23 de febrero de 2011

HOY

Ahora lo tenía claro y no le importaba nada más.
La vida era riesgo y acertar o equivocarse era parte de ese riesgo. Cada día tenía su propio valor. Cada minuto contaba. La felicidad de hoy no se recupera mañana, porque mañana es otro día.

Hoy, hoy, hoy ... 
¡AHORA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario