jueves, 9 de diciembre de 2010

Los amigos son personas que siempre están ahí, los amigos agradables compañías que a veces incordian, que te quieren, pero sobretodo que hacen que la risa sea mas agradable.

miércoles, 8 de diciembre de 2010



- ¿Y ahora qué? , ¿qué vas hacer?

- Recordarte.

Se detiene el tiempo...

Dicen que cuando conoces el amor de tu vida el tiempo se detiene... y es verdad. Lo que nadie dice es que cuando se vuelve a poner en marcha lo hace aún más rápido para recuperar lo perdido.

Acepta lo que toca.

Hay momentos en los que tenemos que luchar, y hay momentos en los que debemos aceptar que hemos perdido, que el barco a zarpado, que sólo una ilusa seguiría insistiendo...

Sólo se vive una vez.

- ¿Crees que sólo es esto? ¿Qué sólo vivimos una vez?
- Bueno... yo aún no he conocido a nadie que tuviese dos vidas.

Todo termina rompiéndose.



Con que facilidad puede destrozarse todo, con que facilidad puede romperse, ¿por qué no puedo romperme yo también?



- ¡Pero yo te adoro!
- No quiero que me adores. ¡Necesito que me quieras!


- Si te quedara un sólo día de vida, ¿que harías? 
-La respuesta es fácil, no lo dudaría. Lo pasaría contigo.




Nunca digas  ''de esta agua no beberé''  porque no sabes si mañana tendrás sed.

lunes, 6 de diciembre de 2010






Para dominar los miedos ajenos,
primero hay que vencer los propios.


No se nos conoce por nuestro nombre,
sino por nuestras acciones.

Amiga mía.

No estaré siempre que me necesites.
Estaré siempre, aunque no me necesites.

¿sabes lo que me pone más triste?

... pensar en los besos que no nos vamos a dar, en las cosas que no nos vamos a decir... ¿que tontería no? ¿cómo se puede echar de menos algo que nunca ha ocurrido?

domingo, 5 de diciembre de 2010

A pesar de lo malo, sé feliz.


Ella camina a paso firme, con la cabeza bien alta, con la mirada al frente. Por dentro está deshecha. Pero por fuera no va a permitir que eso se refleje. Tiene los ánimos por los suelos, pero lo soluciona con unos tacones de 10 centímetros. La vida le da la espalda, pero ella continúa. El día es gris, pero ella lleva gafas de sol. No le apetece, pero sonríe, el tiempo pasa deprisa, muy deprisa, pero ella aprovecha todos y cada uno de los momentos. Prefiere quedarse en casa, pero sale a comerse el mundo. Porque al fin y al cabo, si ella no lo hace, nadie lo hará por ella.

¿Cómo lo hago?


-
     Pueden pasar tres mil años, puedes besar otros labrios, pero nunca te olvidaré. Puedo morirme mañana, puede secarse mi alma, pero nunca te olvidaré. Pueden borrar mi memoria, pueden robarme tu historia, pero nunca te olvidaré. ¿Cómo olvidar tu sonrisa?, ¿Cómo olvidar tu mirada? ¿Cómo olvidar que rezaba para que no te marcharas? Di, ¿Cómo olvidar tus locuras? ¿Cómo olvidar que volabas? ¿Cómo olvidar que aún te quiero?

Todo lo malo, tiene su lado bueno.


-     Tus brazos eran mi hogar, y tus besos el aliento de mi vida. Ahora sin ti mi corazón late sólo por inercia, lleva muerto desde tu ausencia. Y ahora a pesar del dolor puedo considerarme afortunada. Aunque jamás vuelvas a ser mío. Gracias a ti descubrí el amor verdadero.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

El pasado.

Alguna vez, el fantasma del pasado se posará en mi cama. Y será igual, pero tan diferente que quizá ya no lo reconozca.
Alguna vez, miraré hacía atrás, con esa curiosidad que da el avanzar por la senda que es la vida, y no recordaré ese dolor fuerte y brutal. Recordaré el hecho de que dolió, pero nunca volveré a sentir ese dolor golpeándome dentro sin descanso. No por él. Ni por nadie. Será otro dolor, con otro sueño, pero no suyo.
Alguna vez, hablaremos, y sentiré que la magia emigró de mi corazón un día, sin saber exactamente que día dejé de sentir ese calor en su voz para tornarse fría y casi desconocida. Y me preguntará que tal, y le responderé que bien, siendo enemigos de un sentimiento que voló hará ya mucho tiempo.
Alguna vez, recordaré el sabor de su boca, como de casualidad, un fugaz destello en lo que será la vida que viviré sin él. Y no recordaré lo que añoraba sentir sus labios posarse en los míos, ni como era besarlo. No recordaré nada de eso, se esfumará con la lluvia, como el llanto, como el desgarro que lleva su ausencia a mi lado postrada, compañera infatigable de desvelos, de sueños que se rompieron.
Alguna vez, olvidaré el sentimiento. Lo que me hizo sentir. Algunos recuerdos permanecerán en algún cajón polvoriento de la memoria, y alguna vez, sin querer, me acordaré de él. Y no será nítido. Ni preciso. Ni sentiré que perdí nada. Mi corazón quedará resignado, cualquier día, sin que yo me entere. Sin que me avise de que el amor se cuela por las rendijas del olvido… y dejaré de añorarlo, y no lo sentiré clavado como un cristal que duele y no puede ser quitado.
Alguna vez, la vida pasará de soslayo, me guiñará el ojo, y no sentiré un temblor cuando me mire, porque su mirada no me dirá nada, ni veré en sus ojos ningún sueño, ni los míos brillarán con su presencia, seremos dos extraños más en esta ciudad.
Alguna vez, seremos extraños, extraños que se conocieron en un trozo de camino, que se bifurcó, y estaremos lejos, el uno del otro, y nunca volveré a sentir el corazón latirme deprisa con ese sentimiento que una vez me llevó a su vida.
Tan lejos que nos habremos convertido en extraños. Extraños de lo que un día vivimos, lejanos de lo que un día sentimos. Tan extraños que da miedo ahora pensarlo.
Es el paso del tiempo en un corazón abocado al delirio. Al esfuerzo de olvidar sin más remedio que el olvido. Sin más enfermedad que el sentir y el sobrevivir a lunas que traicionan, a soles que no llegan, a estrellas que se perdieron en alguna de las noches en las que pensé en él y se apagó el cielo.
La vida me aprieta. Me aprieta la soga de un amor condolido, exhausto, perdido, rendido. Una soga que alguna vez fueron alas. Porque es así el inexorable paso del tiempo. Es cierto que lo quiero, tan cierto como que un día lo olvidaré.
Y guardaré un cariño, ajeno al dolor que un día sentí – que siento- que dejaré de sentir. Y no suspiraré de vez en cuando, al recordar algo que vivimos juntos. No miraré sus fotos. No extrañaré aquellas imágenes donde nos abrazábamos ajenos a un futuro que se tornó presente en aquel septiembre de 2007.
Será todo como un sueño. Como algo que no viví yo, aunque lo haya vivido.
Es la grandeza de la vida.
Y seremos extraños en una ciudad gris con mar, donde nos quisimos. Fuimos felices. Lloré y reí. Fui tan feliz como infeliz. Soñé tanto como desperté. Volé y caí…. Y los dos naufragamos en el mar de los sentimientos perdidos, donde alguna vez, sin querer, nos volveremos a reencontrar.