Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.
Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo se muestra superior a él.
En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre.
Ningún lugar en la vida es más triste que una cama vacía.
Dime amigo: ¿La vida es triste, o soy triste yo?
- Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.
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