domingo, 15 de abril de 2012

Soy esa.

La que tiene dos manos, un cerebro, un corazón y voz. Una forma de vivir, un alma, una filosofía: llevar siempre la sangre caliente y la mente fría. Que podría claudicar y dar un no rotundo. Que a pesar de los fracasos sueña con cambiar el rumbo. Cambiar de rumbo y no ocultar la realidad, pues no hay peor mentira que callarse una verdad. El que tiene a papá y mamá desde niño lo único que nunca le faltó es el cariño. La de los sueños sin cumplir, la dueña de sus retos. A la que nunca enseñaron pero aprendió a guardar secretos. Soy esa que día tras día se cuestiona “¿Cómo ha sido?”, que repudia el odio porque el odio es amor podrido, que sabe que todos nos hemos arrepentido alguna vez, cuando no sea así la vida no tendrá sentido. Soy quien ha cometido errores, los acepto. Me he equivocado creyendo hacer lo correcto, pero mi mayor virtud es sentirme orgullosa de mis defectos.  Que no hay personas perfectas, que no existen líneas rectas, que menos se busca es lo primero que se encuentra. La que engañó, a la que engañaron. La que golpeó, a la que golpearon, al que ignoraron, la que ignoró, a la que nadie hundió por más que lo intentaron. Quien se enamoró de quienes no se enamoraron pero siempre dejó esa pequeña huella que nunca olvidaron. La que tiene una sola vida y un millón de aspiraciones. Que quiere triunfar haciendo lo que ama aunque otros se oponen. Soy quien perdona a quien me hizo daño y sigo escalando peldaños de los años con pocos amigos. Como todos he reído y he llorado. Como a todos la vida me ha golpeado y me ha derribado, más me he levantado y he seguido, aprendí la lección, ya sé amar con la cabeza y pensar con el corazón. No importa la dirección del viento; disfrutar a plenitud cada momento. Poner toda mi fuerza en cada intento. La vida la vives o la entiendes, no las dos cosas al mismo tiempo.